Metrópolis, de Fritz Lang (1927), se proyecta una copia en 35mm completa y restaurada.
Música en vivo por La National Film Chamber Orchestra:
Fernando Kabusacki - guitarra electrica y sintetizada
Matias Mango - teclados
En la larga lista de restauraciones importantes encaradas en los últimos treinta años, la de Metrópolis es un caso extraordinario, pero eso no es sorprendente porque se trata de una obra excepcional desde su misma concepción y es lógico que siga siéndolo en sus sucesivas reencarnaciones. Fue el film más caro de la historia del cine alemán y con el tiempo resultó también uno de los más influyentes, pero pocos pudieron verlo tal y como lo concibió su director Fritz Lang: pocos meses después de su estreno, la misma empresa que lo produjo decidió cortarlo y, con el tiempo el material faltante se dio por perdido. Sólo sobrevivieron diferentes versiones, sustancialmente alteradas.
Pero resultó ser que un distribuidor argentino (Adolfo Z. Wilson) lo adquirió e importó antes de que se hicieran los cortes, y luego un coleccionista (Manuel Peña Rodríguez) conservó una copia local completa hasta su muerte en 1971. Ese material fue primero reducido de 35 a 16mm. y luego conservado sucesivamente en el Fondo Nacional de las Artes y en el Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken”, hasta su descubrimiento en 2008. Mientras tanto, en Europa, Metrópolis había pasado a ser el film más “restaurado” de la historia. Una nómina probablemente incompleta debiera mencionar los siguientes intentos:
1961 – El Archivo Cinematográfico Nacional de Praga (entonces Checoslovaquia) realiza un primer intento de mejorar las copias conocidas, en colaboración con otros archivos soviéticos que poseían material alemán confiscado al terminar la guerra mundial.
1972 – El Archivo Cinematográfico Nacional de Alemania Oriental, trabajando a partir de la versión checo-soviética, presenta un nuevo intento de reconstrucción con una asesoría indirecta del propio Fritz Lang, que por entonces vivía en Los Angeles.
1981 – El historiador Enno Patalas comienza a trabajar en una restauración del film, desde el Museo del Cine de Munich, a partir de los elementos reunidos en los intentos previos.
1984 – El compositor Giorgio Moroder produce una versión del film con música propia, subtítulos en lugar de intertítulos y agregados de color, que sin embargo se elabora a partir del trabajo de restauración que paralelamente realiza Enno Patalas. A favor de Moroder debe decirse que Metrópolis fue entonces conocida por un público mucho más numeroso que el de museos, cineclubes y cinematecas.
1987 – Patalas presenta su reconstrucción del film, que incorpora por primera vez los intertítulos originales (encontrados en Suecia), la estructura narrativa correcta y ciertas imágenes fijas de las escenas perdidas.
2001 – La fundación F. W. Murnau produce una nueva restauración que supervisa el especialista Martin Koerber basándose en el trabajo previo de Patalas y acentuando la calidad de la imagen mediante la compilación de los mejores elementos aún existentes y de herramientas digitales.
2004 – Patalas produce una “versión de estudio” que determina con gran exactitud las tomas aún faltantes y su extensión, a partir de la detallada información aportada por la partitura completa de la música original, compuesta por Gottfried Huppertz para el estreno del film.
Tal euforia restauradora se explica porque Metrópolis es uno de los poquísimos films mudos que ingresaron a la iconografía universal y que aún son rentables, por lo que el dinero necesario ha resultado siempre una inversión segura. Eso quedó demostrado por la versión musical de Giorgio Moroder, que en su momento llegó a los cines con un éxito considerable, y luego por la restauración de 2001 dirigida por Koerber, que fue pionera en la aplicación de herramientas digitales sobre un film mudo. En su momento Koerber transcribió a digital el material con la más alta calidad posible, hizo realizar una “limpieza” cuadro por cuadro que permitió eliminar toda impureza de la imagen, y finalmente volcó el resultado a 35mm. Cuando se compara esa versión de Koerber con la restauración anterior realizada por Enno Patalas, que ya había recuperado buena parte de la compleja estructura narrativa del film, se advierte que la principal diferencia es precisamente esa “limpieza”, que en términos de textura resulta tan electrónica como la música de la versión de Moroder. Eso no es necesariamente malo, sino “otra cosa”, un probable indicio de lo que vendrá, lo que resulta muy adecuado a una alegoría futurista.
El hallazgo de la versión argentina en 2008, que resulta ser lo más próximo que existe a la intención original de Lang, generó rápidamente la demanda de una nueva restauración pero al mismo tiempo planteó un problema nuevo: la imposibilidad práctica de unir de manera homogénea las primorosas imágenes de 2001 con lo que Koerber denominó “el material en peor estado que he visto en mi vida”. El nuevo metraje porteño no podía repararse digitalmente porque los daños que provocan sus defectos visibles no se hicieron sobre el material encontrado sino sobre un original en 35mm. del cual aquél se copió (hacia 1971) y que hoy ya no existe. Esos defectos son ahora parte de la imagen y ya no es posible eliminarlos sino sólo aliviarlos hasta cierto punto. Además, el material porteño es en 16mm., por lo que hay una diferencia de proporción con respecto al fotograma de 35mm. La suma de estas dificultades hubiesen hecho abandonar todo intento de reconstrucción si se hubiese tratado de cualquier otro film, pero como se trata de Metrópolis, la fundación Murnau decidió avanzar y Koerber se lo tomó con filosofía: “Los daños del material nuevo son rastros de todo lo que al film le pasó a lo largo del tiempo. Desde ese punto de vista es adecuado que el público lo vea”. Como escribió luego el crítico Roger Ebert, “los defectos son insignificantes comparados con el material redescubierto que representan”. La nueva restauración se estrenó en la edición 2010 del Festival de Berlín y poco después inició una circulación internacional en salas comerciales.
Ahora, finalmente, Metrópolis ha vuelto a ser un film de Fritz Lang: posee la complejidad narrativa que caracteriza sus otras obras mudas, su sentido arquitectónico del montaje, su ritmo. Y vuelve a verse completa en Buenos Aires, ciudad que hizo posible esa resurrección.
Ficha técnica
Metrópolis (Alemania, 1926) dirección: Fritz Lang. Argumento: Thea von Harbou. Fotografía: Karl Freund, Günther Rittau, Walter Ruttmann. Dirección artística: Otto Hunte, Erich Kettelhut, Carl Vollbrecht. Productor: Erich Pommer para UFA. Duración: 145’. 35mm. Restauración producida por F. W. Murnau Stiftung en sociedad con el Museo del cine “Pablo Ducrós Hicken” de Buenos Aires.